Por Dennis Falvy
La SBY y AFP señalan que, de los 9 millones de afiliados, 2 millones ya no tienen nada en su fondo y 5 millones menos de una UIT. Es decir, el sistema colapsó. No le deben sacar a los trabajadores ni un sol más de sus planillas.
Jorge Baca asevera que el actual sistema ofrece pensiones miserables y eso en los dos, ONP y AFP.
Hay 7 propuestas para renovar el sistema y hasta meten al IGV como parte del fondo del jubilado con la yapa que eso ayudaría vía facturación a formalizar la economía.
Las críticas son enormes y válidas por el aspecto fiscal y, benefician a los que más tienen. Además, la causa no es la evasión del IGV sino la informalidad y por ende el sobrecosto a la planilla originada por las contribuciones a pensiones y a EsSalud.
Un sistema de seguridad social procura al menos repartir los ingresos de forma justa. El vilipendiado sistema de reparto puede otorgar al pensionista la pensión mínima aplicando la justicia distributiva, tomando del excedente que exista del que aportó más. Pero para poder cumplir sus objetivos, es necesario que los sistemas de reparto sean universales.
La clave está en diseñar un sistema de recaudación que sea difícilmente evadido por los trabajadores informales o sus empleadores y garantice la universalidad del sistema. En nuestro país, el sistema de recaudación más apropiado es el mal llamado IGV, pues es un IVA. La factura electrónica ha contribuido a disminuir significativamente la evasión a pesar de las exoneraciones tributarias o reducción de tasas de ese IGV.
Hay que eliminar las exoneraciones al IGV y las contribuciones a la ONP y SNP y reemplazarlas por una contribución cobrada juntamente con el IGV , al estilo FONCOMUN, que se distribuiría uniformemente en cuentas individuales con billeteras electrónicas, para de esta manera garantizar una pensión mínima universal.
AL IGV actual hay que convertirlo en uno “Progresivo” (ver “Designing a Progressive VAT” por Rita de la Feria and Artur Swistak, Working Paper WP/24/78, IMF, Washington, D.C., April 2024).
En este contexto, el primer pilar que garantiza la pensión mínima universal seria financiado por el IGV personalizado. Para complementarla un segundo pilar, que sería no obligatorio, pero recibiría incentivos similares a los que se practican en las cuentas individuales (IRA) y en el esquema 401K en los EUA, donde los aportes a las cuentas individuales se deducen del monto imponible para el cálculo del impuesto a la renta, tanto de los trabajadores como de los empleadores que hagan aportes concordantes (“matching”) con lo aportado por el trabajador, con lo que se incentivaría el ahorro no obligatorio.
Baca presenta un gráfico que demuestra que es financieramente factible utilizar el IGV personalizado para remplazar las contribuciones a la seguridad social vigentes y para ello muestra la evolución de las fuentes de financiamiento del SNP para el periodo 2010 – 2022. La demostración numérica es correcta y entendible.
Ver por ello la nota en que esto se explica con detalle: http://www.prediceperu.com/).linterna de popa 441
