Por: Luciano Revoredo
En dos meses se inician los juegos olímpicos de Paris, sin embargo, según las encuestas un 46% de los franceses se declaran totalmente indiferentes a la llegada de los Juegos a Francia. La principal razón de esta apatía no es otra que la influencia ideológica del progresismo en la organización.
El progresismo, como se sabe, desde hace varias décadas viene imponiendo cánones de belleza estrambóticos y estrafalarios. Luchando contra una estética clásica en la moda, el arte, la publicidad, el diseño y en cuanto sea posible ha trabajado por afear la realidad.
Todas las formas del progresismo, las izquierdas y los tontos útiles de la derecha progre, los de la agenda LGBT, las feminazis y sus satélites promuerte; basados en la aquella trinidad de la diversidad, la equidad y la inclusión, han trabajado sin cesar por imponer lo feo como modelo y destruir lo que de bello hay en el mundo.
La idea detrás de esto es destruir también lo bueno, lo justo, lo ideal y lo cierto. Todo lo que molesta al progresismo. Llegando al oxímoron de imponer el relativismo como única verdad objetiva.
Los juegos olímpicos no se han librado de estos embates. Uno de los temas polémicos es haber elegido para cantar en la inauguración a la cantante franco-maliense Aya Nakamura. La idea de sus promotores, entre ellos Macron que fue quien la seleccionó y propuso, es que Nakamura encarna la Francia multicultural , sin embargo, además de la obscenidad que suele enmarcar sus presentaciones, los temas de esta cantante que ni siquiera habla francés con mediana corrección están centrados en la temática del sexo y las drogas.
El encendido de la llama olímpica en la ciudad griega de Olimpia y su traslado a Paris también se ha visto afectado por factores ideológicos. En el entendido que estas olimpiadas parisinas ya no exaltan el estado atlético ni la competencia deportiva, sino cuestiones ideológicas, los portadores de la llama no son grandes representantes deportivos sino minorías sexuales. Es así como este acto tan simbólico es ahora una sucesión de drag queens, trans y homosexuales.
La drag queen Minima Gesté será la encargada de llevar la llama olímpica el 14 de julio, fiesta nacional de Francia y sin duda el día más importante de este desplazamiento del fuego olímpico. Al respecto ha declarado que “Como drag queen, pero también como Arthur, un joven gay, estoy muy orgulloso de poder llevar la llama en París el 14 de julio”.
En Francia, por la nefasta influencia del progresismo imperante, los juegos olímpicos están perdiendo su razón de ser, que es fomentar el espíritu olímpico de amistad, solidaridad y juego limpio entre los atletas de todo el mundo. Además, buscan promover valores como el respeto, la excelencia y el desarrollo personal a través de la práctica deportiva. Ahora su objetivo es, en un abuso de la definición de amistad entre los pueblos e integración, convertirlos en la vitrina donde se normalice la ideología de genero y demás perversiones del progresismo.