Las cifras del INEI presentadas en el informe ‘Perú: Evolución de la Pobreza Monetaria 2014-2023’, reveló que la inseguridad ciudadana aumentó durante el 2023 y llegó a niveles similares a los del año 2017. también incluyen otras formas de delito, como “amenazas e intimidaciones; maltrato físico y/o psicológico de algún miembro de su hogar; ofensas sexuales; secuestro o intento de secuestro; extorsión o intento de extorsión; estafa; robo de negocio; entre otros”.
El informe indica que un 27.1 % de los ciudadanos de zonas urbanas que son mayores de 15 años, al menos uno de cada cuatro peruanos fueron víctimas de un hecho delictivo y, según estimaciones realizadas a partir de la cantidad de población en áreas urbanas, por lo menos 3 millones 175 mil 931 peruanos fueron víctimas de robos durante el 2023, según cifras del INEI.
El informe señala que entre los años 2021 y 2023 la cantidad de ciudadanos peruanos que admitieron haber sido víctimas de algún hecho delictivo de cualquier tipo pasó de ser 18,2 % (2021) a 27,1 % (2023). Viendo la evolución de este registro a lo largo de los años, esta cifra se ubica en los niveles registrados en los años 2016 (28,8 %) y 2017 (26,4 %).
El informe confirma que en materia de inseguridad ciudadana, el país ha retornado a la inseguridad que acusaba hace 7 y 8 años.
Respecto a las regiones más castigadas por la inseguridad ciudadana, Madre de Dios acusa la mayor tasa de victimización por robo en Perú, con un 22% de su población afectada. Le sigue de cerca Puno con un 20,9%, Junín con un 19,3%, y Tacna con un 18,8%.
En Lima Metropolitana, la prevalencia es del 17,1%, debido a su alta densidad poblacional, y representa numéricamente 1.5 millones de víctimas, ubicándose Lima en el octavo lugar nacional.
El tipo de robo más común registrado en el país es el de celulares, carteras y dinero, con una incidencia de 12,1 víctimas por cada 100 habitantes, lo que equivale a una cifra cercana a 3 millones de personas afectadas.