ANTERO FLORES-ARAOZ
Hay diversas formas de estimular valores, unas positivas y otras negativas.
Comenzaré por una antigua estimulación negativa. Quienes estudiamos antaño en colegios religiosos, por lo general para promover el buen comportamiento en la vida nos decían desde niños que, quien se portaba mal iría al infierno y estaría allí sin salir “por siempre, jamás”.
Lo antes señalado con el tiempo varió hacia la estimulación positiva de cumplir con el deber, porque así debe ser, sin necesidad de recurrir a amenazas.
Ha habido también políticos y gobernantes que recurrían al temor para que los ciudadanos cumplieran sus obligaciones y que no incurrieran en ningún ilícito penal, puesto que de perpetrar delito serían sancionados con carcelería
Lo indicado también se fue modificando con el paso de los años, y los estadistas, no los politiqueros de turno, inducían a los gobernados a cumplir con su deber, pues ello es lo adecuado y punto.
En los últimos tiempos el sector político de centro ha crecido vertiginosamente, pero no necesariamente en cantidad de seguidores, sino de agrupaciones políticas. Hay políticos que al salir del anonimato y considerar que ya tienen vida política propia, quieren formar su agrupación o partido para liderar, de donde tenemos que el centro político cada vez se tuguriza más.
Para enfrentar la caótica situación antes expuesta, ciudadanos sensatos han elevado su voz, señalándose a los osados que con su actuación lo único que conseguirán es que el sector centro se siga desperdigando, con lo que podrá en las próximas elecciones repetirse el desastre del 2021, en que salió ganador el candidato que representaba a la izquierda más recalcitrante e irresponsable y sin las condiciones éticas, democráticas y técnicas para gobernar.
La motivación de los sensatos, en buena cuenta es una estimulación negativa, por miedo tienen que ser menos las agrupaciones de centro y lo deseable es que se unan.
Otros consideramos que la unión del centro es no solo conveniente sino necesaria, toda vez que si el pensamiento de cada grupo es similar, está sustentado en los principios de la solidaridad y subsidiaridad y al mismo tiempo en la aplicación de la economía social de mercado que está señalada en la Constitución, no hay necesidad alguna de estar divididos.
La estimulación última, como vemos, es positiva y más aún, desde los primeros años hemos sabido que la unión hace la fuerza y que es lema peruano desde la Independencia: “FIRME Y FELIZ POR LA UNIÓN”.
Para gestar la unión de centro, se necesita sobre todo buena voluntad como también despojarse de los egos para entender que el país requiere del concurso de los demócratas, que actúen con conocimiento, preparación, pero sobre todo: RECTITUD. Pueden incluso tomar como base o cimiento para ello, el plan de gobernabilidad expuesto en el documento “DESARROLLEMOS EL PERÚ” de reciente publicación, con las modificaciones, rectificaciones, mejoras o sustituciones que quieran hacerlo. Tomarlo quizás como herramienta para lograr un fin superior.