Por: Dennis Falvy
El Bank for International Settlements o BIS, es fundado en 1930 por los Acuerdos de la Haya; la historia cuenta que se salvó de ser liquidado por orden del Presidente Roosevelt a Harry Dexter White en Bretton Woods, donde acudieron 44 países en 1944, pues Lord Keynes pidió diferir el encargo.
Se señala que, a la muerte del presidente, Truman decidió dejar que el banco operara, pese a que se supone había financiado a los nazis en la II Guerra. Hoy es una organización internacional financiera, propiedad de numerosos bancos centrales con sede en Basilea (Suiza) y fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional. No rinde cuentas ante ningún gobierno.
A través de su Asamblea General, en la que tienen derecho de voto y representación sus bancos centrales miembros, presta diversos servicios bancarios. Tiene dos oficinas de representación, una en Hong Kong y otra en Ciudad de México.
Jens Weidmann, presidente del Banco Federal de Alemania, es el presidente del Consejo de Administración del BPI desde noviembre de 2015. El director general es el mexicano Agustín Carstens, desde el 1 de diciembre de 2017.Fue elegido por 5 años.
Casualmente Carstens, que exhibe un sobrepeso enorme y que incluso ha sido motivo de burla del Presidente Mexicano AMLO y él lo ha tomado deportivamente, tiene amplia hoja de vida en diversos cargos y ello desde 1980, en que ha sido ministro en su país y gobernador de su Central. Doctorado en Chicago, los 18 banqueros centrales que integran el Consejo de Administración, le ampliaron en el 2022 por 3 años más el puesto en el BIS.
Carsten ha instado a los bancos centrales a «liderar la innovación» de las CBDC (monedas digitales de los Centrales; criptomonedas).
Ha advertido los riesgos cibernéticos y las nuevas posibilidades de «actividades delictivas por parte de actores sin escrúpulos.» Y señala que mantener un nivel adecuado de privacidad, por ejemplo, será crucial para asegurar la aceptación pública de las CBDC minoristas.
Carstens prometió el apoyo del BPI a los bancos centrales en sus esfuerzos por digitalizarse. Este apoyo proviene principalmente del BIS Innovation Hub y del Cyber Resilience Coordination Centre del BPI.
Ya se está ayudando al Banco Nacional Suizo, a desarrollar una CBDC mayorista, así como a construir una plataforma conjunta con las autoridades monetarias centrales de China, Hong Kong, Tailandia y los Emiratos Árabes Unidos y un concepto de prueba para un rastreador de transacciones con el Banco Central Europeo, entre otros numerosos proyectos.
Y con esto y billeteras digitales, desaparecerá el efectivo, los paraísos fiscales y una serie de problemas a los que está expuesta la hoy problemática arquitectura monetaria, se señala y las políticas fiscales y monetarias serán reguladas y con eficiencia.