Ricardo Sánchez Serra
Me anima a escribir este artículo el desconocimiento o desinformación sobre la importancia del Reino de Marruecos en el contexto internacional.
En el caso del Perú, la lejanía, el desinterés, y sumado a la propaganda ideológica contra el país árabe-africano contribuyen al desconocimiento de su importancia.
Marruecos es un país que se caracteriza por su estabilidad política y económica, con gran ventaja sobre otros países de la región y destaca su política exterior en afianzar el Sahel y los acuerdos interlibios, promoviendo la paz y la seguridad. Y es importante recalcar, igualmente, su papel en el diálogo interreligioso muy reconocido a nivel internacional.
Mantiene una relación de cooperación estratégica con la Unión Europea y con Estados Unidos una alianza estratégica, siendo un aliado principal no perteneciente a la OTAN lo que subraya su importancia.
En su territorio -geoestratégicamente muy importante- ha albergado numerosas conferencias internacionales con respecto a la problemática de las migraciones, medio ambiente, solución de conflictos y contra el terrorismo.
Tiene acuerdos de libre comercio con EE. UU. una cuadrilateral con Egipto, Túnez y Jordania, Turquía y con Turquía.
Es verdaderamente la puerta hacia África y los países árabes y en ellas sus magníficas relaciones con las naciones del Consejo de Cooperación del Golfo. Es importante mencionar que el Rey Mohammed VI es sucesor del profeta Muhammad (Mahoma), de ahí su gran ascendencia en el mundo árabe.
Asimismo, mantiene muy buenas relaciones con los países subsaharianos, siendo integrante de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, además de haber ratificado el Tratado de Libre Comercio Continental Africano.
En la opinión de diversos observadores internacionales, dado su papel estratégico mundial e influencia regional, tanto en el mundo árabe como en el africano, tiene ascendencia en más de 60 votos en las Naciones Unidas, prácticamente un tercio de la votación.
En su política exterior es la prioridad el Sáhara marroquí -que le corresponde por historia y juridicidad- y el plan de autonomía, considerado por el Consejo de Seguridad como la solución “seria y creíble”, y que hoy tiene el respaldo de 120 países, últimamente fue Francia, España, Estados Unidos, Alemania, etc.
Al respecto, el Rey Mohammed VI ha indicado categóricamente que “la cuestión del Sáhara es el prisma a través del cual Marruecos considera su entorno internacional, y la vara con la que se mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las alianzas que establece el Reino”.
El Perú, en esta celebración con Marruecos de 60 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, tiene pendiente estrechar más las relaciones en todas las áreas, como apoyar la autonomía marroquí del Sahara y la exención de visas a los marroquíes, como ellos lo hicieron con los peruanos hace cerca de 10 años.
Asimismo, abrir un Consulado en Dajla, como ya lo hicieron más de 30 países. Hay que tomar en cuenta que si bien no hay peruanos en esa localidad, que sería la vieja “norma”, hoy superada por otros conceptos como el político o económico, habida cuenta que Marruecos se encuentra construyendo el puerto más grande e importante del océano Atlántico, que podría entrelazarse con nuestros puertos de Callao, Chancay y Paita, así como el puerto número uno del Mediterráneo, Tánger, con los cuales podría haber una relación estratégica.
Por ello, debe aceitarse esa relación anquilosada y obstaculizada por algunos funcionarios ideologizados que afortunadamente ya no están, y ser audaces y proactivos por el bien del Perú.
(*) Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”