– ¿Qué opinión le merece que el ministro del Interior, Juan Santiváñez se ponga a declarar en los medios en contra del Ministerio Público por descoordinaciones con la Policía?
En estos momentos el crimen, el delito, la delincuencia, está arrinconando el Estado con todas estas noticias desagradables que tenemos de muertos, heridos, asaltos, robos, y ese es un reto para el Estado en su conjunto, pero sobre todo para las autoridades, en este caso del sector Interior, del Ministerio Público, del Poder Judicial, la Policía Nacional, un reto para las autoridades de poder enfrentar con los recursos y con mucho esfuerzo esta ola criminal y ser exitosos en eso. Los ciudadanos de pie, los ciudadanos que están en las ciudades, en los pueblos, en las calles, están esperando ese esfuerzo del Estado, a través de sus autoridades. De allí que estas discusiones públicas que hay en niveles altos de instituciones que tienen que ver o tienen la responsabilidad de enfrentar el delito, créanme que no está siendo bien en opinión de los ciudadanos. Los peruanos quieren condiciones de seguridad y quieren que sus autoridades trabajen de manera coordinada dentro del marco de la ley, cumpliendo sus roles y sus funciones, articulando esos roles, haciendo un engranaje. Ese binomio Fiscalía-Policía debe funcionar a la perfección. Policías con capacidades para poder desarrollar investigaciones complejas, fiscales con las capacidades de armar buenas carpetas fiscales y jueces que tengan la determinación de entregar las herramientas de medidas limitativas de derecho o de sancionar drásticamente aplicando la ley a los delincuentes. Eso es lo que quieren los ciudadanos del país. Por eso, frente a su pregunta, yo hago votos para que pronto estos altos niveles de gerenciamiento, tanto en el sector como en el Ministerio Público, lleguen a puntos de consenso, de coordinación, de suma de esfuerzos, de poner la mejor voluntad y el mejor esfuerzo para luchar contra el crimen y el delito.
– ¿Qué impacto tienen estas palabras en la ciudadanía?
No es bueno, desde mi punto de vista. No es apreciado por los ciudadanos, por el contrario, tenemos una ciudadanía muy preocupada por la forma como dos instituciones en la cabeza de sus representantes estén teniendo discusiones de manera pública. Deben estar de placémenes o contentos los delincuentes al ver que hay altos funcionarios de instituciones que tienen que ver con la lucha contra el crimen, están teniendo discusiones públicas. Hago votos para que esto se supere.
– ¿En qué está fallando tanto el Estado en la lucha contra la delincuencia?
Tiene que haber un liderazgo político pero acentuado, fortalecido, un liderazgo desde la primera autoridad nacional que es la presidenta de la República, un liderazgo del primer ministro, un liderazgo de coordinación con otros sectores y con otros actores. Un liderazgo desde el sector interior para poder ser la cabeza más visible en la lucha contra la delincuencia, para conducir todos los esfuerzos del Estado para luchar contra la criminalidad. Tenemos que emplear todos los recursos que tiene el Estado en la lucha contra el crimen porque este ha sobrepasado las capacidades de la Policía. Entonces, hay que establecer una política pública.
– ¿Cuál podría ser una estrategia que no se ha probado hasta ahora?
Soy un convencido de que sin la participación de las fuerzas armadas, en el tema de la prevención, del patrullaje preventivo, de la presencia de la fuerza pública con capacitación especial, con un marco jurídico y en combinación con la Policía Nacional, poderle dar tranquilidad, poder generar condiciones de seguridad a los ciudadanos y que esto permita que los ciudadanos comiencen a recuperar la confianza en las autoridades, que a partir de allí este gran concepto de principio de autoridad vuelva a recuperarse. Por eso es que en su pregunta anterior terminé diciendo hago votos para que los más altos funcionarios del sector interior y del Ministerio Público lleguen a puntos de consenso, de acuerdo, desempeñar sus roles, sus funciones, para que los ciudadanos vean que estas instituciones, la Policía Nacional y la Fiscalía están trabajando coordinadamente para luchar contra el crimen y el delito. Entonces, volviendo a su segunda pregunta, liderazgo político, participación de las fuerzas armadas, previa capacitación con un marco jurídico, en presencia de todas las ciudades, porque el crimen callejero, el delito callejero, el delito menudo, eso es lo que genera la percepción de inseguridad. Los ciudadanos no se preocupan mucho de la criminalidad organizada, porque la criminalidad organizada, combatirles es una responsabilidad del Estado a través de cuerpos especiales de investigación, fiscales ad hoc, sistemas de justicia donde los procesos judiciales sean rápidos, eficientes, eficaces y que todo el mundo vaya, los delincuentes vayan a la cárcel.
– ¿Qué mea culpa cree que tendría que hacer la institución policial respecto a sus labores, dado que no están dando los resultados esperados por la población?
La PNP tiene que preparar mejor a los policías. El delito, conforme se está presentando en estos momentos, con esa fuerza, con esa osadía, la extorsión que hoy por hoy es el delito que más preocupa. Demanda preparar a la gente, porque es muy fácil cometer un delito, lo difícil es investigar, desde el momento del conocimiento de un delito, se debe ubicar a los responsables, establecer un proceso de pruebas, esas pruebas hay que fortalecerlas con las pericias, los jueces cuando van a decretar sentencia a alguien porque cometió un delito, tienen que ver todo eso. El nuevo código penal es un código muy garantista, donde la pericia, la pericia grafotécnica, la absorción atómica, la pericia balística, etcétera, todo contribuyen a que el juez tome decisión para sentenciar, de allí la preparación. Tenemos que tener mejores laboratorios, preparar a la gente, hay que mandar a la gente al extranjero. Todo el aparato de inteligencia del estado, incluso la Dini, las oficinas, los órganos de inteligencia de las fuerzas armadas, parte de esa estructura de la inteligencia nacional, hay que orientarla para luchar contra la criminalidad, y eso hay que hacerlo, porque si no, los esfuerzos se diluyen.