Antero Flores Araoz
Muchos lectores se preguntarán probablemente, ¿qué le pasa al autor de esta columna, con un título en quechua, si de ese idioma sabe muy poco o nada? No les falta razón, no sé nada, como de muchas otras cosas, pero uno investiga y se informa, con lo cual suple la falta de conocimiento previo.
Eso es lo que ha pasado, puesto que al haber existido graves atentados a la salud e intoxicaciones a los niños y jóvenes atendidos por el programa de alimentación del Estado denominado “Qali Warma” (Niño fuerte), que cambió de nombre a “Wasi Mikuna” (Comida casera); siguiendo la actitud de los “genios” que nos gobiernan, para solucionar el tema (que no soluciona absolutamente nada) bien podrían volver al cambio de nombre, esta vez por el de “Wañuy Mikuy” que según los entendidos se puede traducir como comida mortal o alimentación mortífera.
Como dicen los hebreos, “recordar para no olvidar”, el lejano antecedente de programas alimentarios del Estado, fue el famoso “vaso de leche”, impulsado por el entonces alcalde de Lima Metropolitana Alfonso Barrantes Lingán, más conocido como el “Tío Frejolito), programa formalizado en 1985 por la Ley N° 24059 y complementado por los famosos “clubes de madres” que cocinaban los alimentos y repartían el vaso de leche. Barrantes fue uno de los pocos políticos de izquierda no solo responsable, sino laborioso e ingenioso, a quien todos recuerdan con simpatía. Gran diferencia con los izquierdosos de estos tiempos.
El Programa en cuestión que condujo el “Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) hasta el año 2012, fue ampliado y reforzado con la Ley N° 27470 en el año 2001 y está adscrito al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), que como observamos a diario, no hacen bien su tarea. Mucha labia, poca eficiencia, aunque muchos intoxicados.
Algunas personas se muelen el cerebro pensando ¿qué hacer ahora? Una respuesta ya se tuvo antes con la variación del nombre de “Qali Warma” a “Wasi Mikuna”, pero como sabemos el cambio de nombre solo es maquillaje que no corrige ni cambia la situación. Ya lo hemos visto con los recientes intoxicados del programa “Wasi Mikuna”.
El gobierno de la señora Boluarte, no sé si pretenderá premiar a la titular del MIDIS con alguna embajada, pero lo cierto es que los pobres niños intoxicados, “tras cuernos palos”, pues cayeron en establecimientos de salud del Estado, muchos de los cuales lejos de no curar a los pacientes, los someten a constantes maltratos, padecimientos e incluso contagios.
Señalan nuestros gobernantes que se harán grandes cambios en el programa “Wasi Mikuna”. Las intoxicaciones de que han dado cuenta los medios de prensa nos inducen a no creerles.
Quizás pudiese ayudar en la solución del grave problema de falta de calidad, además de investigaciones serias con sanciones ejemplarizadoras, que él o la titular del MIDIS y los directores del programa alimentario, prueben los alimentos. Si es que siguen vivos, podrán ya degustarlos los destinatarios en las escuelas públicas.
Empero, no les deseamos el susto, era un toque de humor negro.