“Nunca debemos olvidar que rescató a rehenes del MRTA y venció al terrorismo homicida y destructor que tanto daño hizo al país”, dijo.
– Ahora que ha fallecido Alberto Fujimori, muchos se suben al carro y solo ven aciertos, parecen acomodaticios.
Hay de todo, pero hay que ver las cosas con objetividad, pues en toda gestión gubernamental hay aciertos como también hay errores. Lo importante es hacer un balance real y objetivo.
– ¿Fue Alberto Fujimori un dictador?
Alberto Fujimori ganó limpiamente las elecciones presidenciales en 1990 y le ganó nada menos que a Mario Vargas Llosa, que estaba impulsado por tres partidos importantes como el PPC, Acción Popular y el Movimiento Libertad, además de las simpatías de gran parte del SODE. Mientras al que llamaban “chinito” se comportó con humildad y llegando al corazón de la gente, al hoy premio Nobel de literatura se le notó soberbio y distante. En buen romance, ganó democráticamente.
– ¿Cuándo cambió Alberto Fujimori?
Cuando se dio el autogolpe del 5 de abril de 1992, en que disolvió el Congreso, del que yo formaba parte, arrojó del aparato estatal a muchísimos funcionarios, magistrados, fiscales y se convirtió en autócrata, pero las cosas hay que decirlas como son, gusten o no y pese a que, en estos momentos de duelo por su fallecimiento, hay gente que solo ve las luces pero olvida las sombras, que también las hubo.
– Fujimori justificó la disolución del Congreso aduciendo que no lo dejaba gobernar, que había corrupción, que le era adverso. ¿Qué nos puede decir?
Discrepo. En lo de corrupción pues el Congreso solo manejaba sus recursos y no tenía iniciativa de gasto, por lo cual no podía haber corrupción. En cuanto a la gobernanza, los primeros presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados eran del partido de Fujimori, como lo eran Máximo San Román y Víctor Paredes Guerra. El Congreso le dio amplísimas facultades legislativas delegadas, incluso para la lucha contra el terrorismo, le aprobó presupuesto, le autorizó viajes, en fin, no puede decirse que fue un Congreso inamistoso.
– ¿Alguien puede confirmar que las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo de los años aurorales de Fujimori, era positiva?
Por supuesto, sobre todo los actores políticos de aquella época, pero por sobre todo, el expresidente del Consejo de Ministros de Fujimori, el doctor Alfonso de Los Heros, que coordinaba muchas veces con la oposición hasta el contenido de los decretos legislativos. Puedo dar fe de ello, pues hasta nos hemos reunido varias veces en mis oficinas particulares para ello.
– Fujimori fue condenado, entre otras causas por corrupción y después de mucho tiempo fue indultado por el presidente Kuczynski, indulto que fue muy cuestionado. ¿Qué nos puede decir?
Primero, a mi entender, nunca se le probó corrupción al presidente Alberto Fujimori, lo que no significa que no la hubiese en su gobierno, pero por acción de otras personas. El indulto o perdón, que es facultad absolutamente discrecional de la Presidencia de la República, fue justo y merecido y nunca debió objetarse.
– Usted nos ha dicho que hay que hacer un balance serio y objetivo de la gestión presidencial de Alberto Fujimori. Díganos cuál fue su balance.
Para mí el balance es amplísimamente positivo. Si bien hubo aciertos y defectos, estos últimos no pueden borrar cosas tan trascendentes como haber hecho la paz total y definitiva con Ecuador, cerrando armoniosamente las diferencias limítrofes que venían de décadas. También arregló la economía del país, que la había recibido en un estado calamitoso y que con la ayuda de su ministro Juan Carlos Hurtado Miller bajó la inflación, subió recursos públicos y recobró la confianza internacional en nuestro país. También y nunca debemos olvidar, recuperó a los rehenes del MRTA en la residencia del Embajador del Japón y, lo más importante venció al terrorismo homicida y destructor que tanto daño le hacía a nuestra patria.
– ¿Qué cualidades le reconoce a quien fuera el presidente Fujimori?
Todos tenemos cualidades y también defectos, pero las dos más importantes cualidades que le reconozco son su valentía para tomar decisiones y su sentido práctico de las cosas.
– ¿Nos podría dar algunos ejemplos?
Claro que sí, en cuanto a valentía su decisión de luchar contra el terrorismo y liberar a los rehenes del MRTA que estaban secuestrados dentro de la embajada de japón. En lo que se refiere al sentido práctico que tenía, haber convocado al Congreso Constituyente, en ánimo de restituir al Parlamento cesado, varios de cuyos integrantes postularon al CCD y salimos elegidos. Esa convocatoria fue en cumplimiento del acuerdo al que se llegó en la Asamblea de la OEA del 18 de mayo de 1992, en que estuve representando a la oposición. Ese acuerdo transaccional fue muy práctico y Fujimori cumplió, pese a que tenía a su favor después del autogolpe a más del 80% de la ciudadanía. Como dice la gente joven: “no se hacía paltas”.
– ¿Considera que el clima de recuerdo a Fujimori por su partida vaya a ayudar a la reconciliación?
Espero que así sea, pues hemos visto desfilar a tirios y troyanos ante su féretro en actitud positiva. Los peruanos tenemos que estar unidos defendiendo la democracia. Podemos ser contendores o adversarios políticos, pero de ninguna manera enemigos. Se requiere de la buena voluntad de todos para superar estos últimos años de conflictividad política y social y regresar a un país en paz y en camino al desarrollo, garantizando a la actividad privada, generadora de puestos de trabajo, tranquilidad y facilidades para que los capitales que han migrado regresen a nuestro querido Perú. Hagamos el esfuerzo.
((RECUADRO))
No se le probó corrupción
“Nunca se le probó corrupción al presidente Alberto Fujimori, lo que no significa que no la hubiese en su gobierno, pero por acción de otras personas”, señaló exministro Ántero Flores-Araoz.