El congresista Jorge Flores Ancachi presentó un proyecto de ley que plantea incluir en el Código Penal la eutanasia para pacientes que sufren una enfermedad terminal o de una condición médica grave y persistente que le provoca sufrimientos intensos y constantes.
Se trata del proyecto de ley N.° 7908/2023-CR que indica que el procedimiento será practicado por un médico con licencia para pacientes que han expresado su consentimiento expreso, libre e informado sobre la eutanasia, mediante un documento escrito, con firmas ante notario público o autoridad competente.
La decisión del paciente tendrá que ser evaluada y validada por un comité ético compuesto por al menos un médico especialista en la enfermedad que padece el paciente, un psicólogo o psiquiatra, y un abogado, quienes confirmarán que la medida ha sido tomada de manera libre, sin coacción o influencia indebida, y con pleno entendimiento de su situación y alternativas disponibles.
Además, se deberá realizar una segunda evaluación por un médico independiente para confirmar el diagnóstico y la competencia del paciente para tomar decisiones. El procedimiento de eutanasia deberá ser realizado en un establecimiento de salud autorizado, siguiendo los protocolos establecidos por la autoridad de salud competente.
“Todo acto de eutanasia que no cumpla estrictamente con los requisitos establecidos en este artículo será considerado homicidio”, se precisa en el proyecto de ley.
El legislador Jorge Flores Ancachi, de Acción Popular, señala que los argumentos a favor de la eutanasia están referidos en su mayoría con la liberación del paciente de todo dolor y sufrimiento, de cara a una condición médica que no posee escapatoria y cuyo pronóstico apunta de todos modos a la muerte.
“Así, la eutanasia se considera un acto de piedad, que además respeta el derecho a la autodeterminación del paciente, único dueño de su propia vida”, refiere.
“En última instancia, la postura política de Perú respecto a la eutanasia refleja los valores y las aspiraciones de su sociedad, así como su compromiso con el respeto a los derechos individuales y la dignidad humana en el contexto de la atención médica y los cuidados al final de la vida”, se lee en el proyecto de ley.
En abril de este año, la activista Ana Estrada, que sufría de polimiositis desde los 12 años, una enfermedad autoinmune que afectó principalmente los músculos esqueléticos, se convirtió en la primera peruana en acceder a la eutanasia. A los 47 años, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna.
Asimismo, María Benito Orihuela, quien sufría de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) avanzada, también ejerció su derecho a una muerte digna a través del retiro de medidas de soporte vital, previa sedación paliativa. Aunque el último caso no se trata de una eutanasia, es el segundo en Perú sobre el derecho a una muerte digna.