Arzobispo Emérito de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, acusa de arbitrariedades a Charles Scicluna y Jordi Bertomeu
El Arzobispo Emérito de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, denunció una serie de irregularidades perpetradas por el arzobispo maltés Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu, integrantes de la “Misión Especial Scicluna-Bertomeu” enviada por el papa Francisco a Perú, en relación al Sodalicio de Vida Cristiana (SVC).
Cabe indicar que Bertomeu comunicó públicamente que el pontífice ha decidido suprimir “todo lo que fundó” Luis Fernando Figari. Esto incluye a la organización religiosa y a toda la Familia Sodálite, la cual conforman el Movimiento de Vida Cristiana (MVC), las Fraternas y las Siervas del Plan de Dios.
Al respecto, Eguren Anselmi emitió un comunicado en el que denunció los excesos y arbitrariedades cometidos por Scicluna y Bertomeu en el proceso de investigación.
En su pronunciamiento señala que en días pasados, se ha hecho de público conocimiento, la existencia de un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, firmado por el Papa Francisco el 05 de julio de 2023, donde se señalan los fines de la investigación que tuvo a su cargo la “Misión Especial Scicluna-Bertomeu” en relación al Sodalitium Christianae Vitae. Como es de dominio público, dicha “Misión Especial” llevó a cabo sus trabajos entre los meses de julio y agosto de 2023.
El revelador documento, redactado en italiano, señala que luego de diversos encuentros tenidos con exsodálites se han levantado hechos que suscitan mucha perplejidad. Entre ellos menciona, “la actuación delictuosa de la actual cúpula directriz del Sodalitium, en modo especial del Rev. Jaime Baertl y, en particular, el reciclaje de enormes sumas de capital bajo el amparo del Concordato de 1980, con el concurso de diversos personajes prominentes, entre los cuales el Obispo de Piura, S.E. Mons. Eguren”.
OCULTARON ACUSACIONES
Al respecto, Eguren señala que fue llamado a declarar, a la “Misión Especial Scicluna – Bertomeu”, el 27 de julio de 2023, en la Nunciatura Apostólica en el Perú. “En dicha reunión en ningún momento se me comunicaron los alcances del mandato con el que venía la “Misión Especial”. Tampoco se me comunicó la existencia de alguna acusación sobre malos manejos económicos, y mucho menos se me formuló ni una sola pregunta relacionada con el reciclaje de enormes sumas de dinero en supuesto abuso del Concordato de 1980. Si la Misión venía con esa información a investigar, con la precisión que señala el Documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el que incluso aparece mi nombre, ¿por qué no se me preguntó nada al respecto?”, señala.
Precisa que “mi declaración ante la “Misión Especial Scicluna – Bertomeu” estuvo llena de irregularidades, tanto de forma como de fondo. Baste sólo con señalar que no me permitieron ir con ningún abogado, civil y/o canónico, no se me pidió prestar juramento, y tampoco se levantó un acta de la reunión. Además, mi declaración fue cortada abruptamente por Mons. Jordi Bertomeu al poco tiempo de iniciada porque, según dijo, dicha “Misión Especial” tenía una agenda muy apretada con varias declaraciones más que tomar. Durante el tiempo de mi declaración sólo se me preguntaron generalidades. No hubo preguntas referidas al abuso del Concordato de 1980 ni al manejo de “enormes sumas de dinero”, ni acusación de ninguna otra índole. . Me impidieron, por tanto, que pudiera ejercer mi derecho a la legítima defensa, toda vez que venían con un mandato muy concreto de la Santa Sede y del Papa Francisco”.
“Ahora a la luz del documento hecho público entiendo mejor, basado en cómo se desarrollaron los acontecimientos, que los miembros de la “Misión Especial” vinieron con un juicio ya formado desde Roma a cumplir con una mera formalidad o trámite”, añade.
DIFERENCIAS
Indica que “por información vertida por un sector de la prensa local con acceso privilegiado a las actuaciones reservadas de la “Misión Scicluna – Bertomeu” de julio agosto de 2023, sabemos que a las personas que tenían algo que denunciar se les concedieron varias horas para escuchar con todo detenimiento sus versiones. No fue mi caso, y hasta donde sé, de ninguno de los investigados. Asimismo, a personas que solicitaron a la “Misión Especial” ser escuchadas para aportar información relevante en relación con el Sodalitium y sus obras no se les dio audiencia. Ello, por un lado, no constituye justicia proporcional en ningún sentido, ni la protección del derecho de defensa garantizado internacionalmente por los sistemas occidentales de justicia. Por otro lado, si la “Misión Especial” venía a investigar, se privó de información que le hubiera podido ayudar en el discernimiento de temas delicados y complejos”.
“Ha sido en base al Informe Final presentado por la “Misión Especial Scicluna – Bertomeu”, que se me pidió primero mi renuncia al oficio pastoral como Arzobispo de Piura (27 de febrero de 2024), y después se decretó mi Expulsión del Sodalitium Christianae Vitae (25 de septiembre de 2024). En espíritu de filial obediencia al Santo Padre acepté ambas decisiones, pero siempre solicitando saber cuáles eran las “diversas acusaciones” contenidas en el Informe Final de la “Misión Especial”. Hasta la fecha no he tenido una respuesta a mis múltiples cartas dirigidas a la Santa Sede (Vaticano) en ese sentido”, cuestiona.
ARBITRARIEDAD
Considera que “el modo arbitrario de proceder de la “Misión Especial Scicluna – Bertomeu” ha afectado seriamente mi derecho de presunción de inocencia y mi derecho a la legítima defensa. En ese sentido, no hubo una investigación seria. La “Misión Especial” vino con un mandato específico del Santo Padre que, en mi caso, no fue observado. Asimismo me pregunto, ¿cuál fue entonces el debido proceso que se siguió después para pedir mi renuncia como Arzobispo de Piura y expulsarme del Sodalitium, si nunca pidieron mi versión de los hechos materia de investigación? “
“El proceder de S.E.R. Mons. Charles Scicluna y del Rvdo. Mons. Jordi Bertomeu ha lesionado seriamente mi buen nombre heredado limpiamente de mis padres, quienes me enseñaron siempre a honrarlo, más aún, como ministro sagrado. Asimismo, ha lesionado los principios de verdad y justicia, de caridad y respeto a la buena fama que todos tenemos”, anota.
ACUSACIÓN INFUNDADA
Aclara que “desde hace más de 23 años, no tengo participación alguna en la gestión ni en la administración de Asociaciones Civiles ni del Sodalitium. En relación con la infundada acusación de defraudación tributaria, la Fiscalía Especializada en Delitos Tributarios investigó en su momento a los cementerios para establecer si se había defraudado impuestos en el Perú. Luego de la investigación fiscal y la opinión técnica de la SUNAT (el organismo que administra los tributos en el Perú), esa investigación se archivó por no existir ningún tipo de fraude al Fisco Peruano”.
“En la audiencia que el Santo Padre tuvo a bien concederme el pasado sábado 04 de enero de 2025, le expresé al Papa Francisco que desde hace varios años venía sufriendo una sistemática campaña de difamaciones y calumnias, a lo que me dijo que me asistía todo el derecho para defender públicamente mi buen nombre y fama. Es por ello que, alentado por el Papa, hago esta declaración pública”, precisa finalmente.