El excongresista Richard Arce expresó que la formalización de la minería artesanal se traduce en la reducción de la pobreza extrema, la cual ataca a las poblaciones más vulnerables altoandinas que se ven estafadas a “intermediarios” que sacan provecho del abandono del Estados en las zonas donde se desarrolla esa actividad económica.
En declaraciones al diario La Razón, que este es “un beneficio para el Estado, evidentemente, es que es una actividad económica que dinamiza la economía local de poblaciones tradicionalmente expuestas a pobreza extrema”.
“Primero, la generación de una actividad económica que genera trabajo, mano de obra intensiva y que involucre en este caso a comunidades campesinas. Lo segundo, es que se podría ver algún mecanismo de, más que de tributación, sino de compromiso con temas ambientales porque tampoco pueden destruir así nomás parte de la naturaleza, tienen que conservar los espejos, sus ojos de agua, y sobre todo conservar sus lugares, y evitar justamente la intromisión de la minería ilegal”, agregó.
Además, dijo que “de estos mineros que trabajan en zonas altoandinas y comuneros deben ser un promedio del 20% o 25% del total que se ha determinado como minería informal. El asunto es que no hay un dato claro”.
Sin embargo, la inclusión de los mineros informales “ayuda a mejorar las condiciones de vida de poblaciones tradicionalmente ubicadas en el percentil de la pobreza extrema, porque son poblaciones rurales que básicamente se dedican a la actividad agrícola o al pastoreo. Entonces, tienen una actividad económica adicional. Lo importante es integrarlo a una cadena de comercialización que esté en el marco legal para garantizarles también beneficios económicos reales para que no sean aprovechados”.
En esa línea, añadió que “los intermediarios, esos financistas, los inversionistas, estafan a las comunidades en el peso del mineral que están comprando, en el nivel de concentración, porque ellos no conocen el tema de las pruebas del laboratorio que se tienen que entregar para ver qué cantidad de mineral están transportando, e inclusive al momento de los pagos. Que generalmente se hace por adelantado, les da un adelanto y se aprovechan de esas circunstancias para poder estafar a las comunidades”.
No obstante, la minería artesanal “es una oportunidad de desarrollo económico, sino que no hay que verlo como la única. Hay que integrarlo a la actividad agrícola también, porque recuerda bien que si todo se dedica a la actividad minera, ¿quién va a producir los alimentos? Que al final proveen, inclusive, a los mercados. Entonces, tiene que haber ahí un trabajo conjunto de promoción. Un sector de la población puede dedicarse a esta actividad y la otra a la actividad agrícola. No entran en contraposición, al contrario, se pueden complementar”.
Dado, que “tiene muchas ventajas desde el punto de vista de la propia naturaleza, de la comunidad, estas necesidades de salir de la pobreza extrema, el integrar con una actividad económica como es la agricultura para generar mayores posibilidades de desarrollo, y sobre todo transparentar la cadena de comercialización, y ahí entra el tema económico, el tema tributario”, explicó Richard Arce.
Por otro lado, manifestó que «la gran minería tiene capacidades de producción de toneladas, en cantidades inmensas, comparativamente a lo que produce una minería artesanal. Pero tiene una ventaja, en este caso, si se realizaría la minería artesanal, que le llamo a esta actividad de las comunidades campesinas, que es la generación de manos de obra intensiva. La posibilidad de generar trabajo justamente a poblaciones tradicionalmente expuestas a la extrema pobreza. Entonces, ahí está su ventaja»
Pero, dijo que “es importante que en la propuesta legislativa para una nueva ley de minería, sobre todo en este sector de la pequeña minería, la minería informal, la minería artesanal, debería diferenciarse justamente esta caracterización de actividad minera que realizan las comunidades campesinas”.
“La solución no pasa solo por un tema de preparar un paquete legal para formalizarlo, sino para desarrollar también la cadena de comercialización de esta actividad para que sea mucho más transparente y beneficiosa, sobre todo para esas poblaciones que ven como una oportunidad alterna a otras actividades”, matizó.
Finalmente, indicó que “esto debería ir acompañada justamente de un apoyo del Estado para que tampoco se pierda la garantía que tiene que significar la producción agrícola. Recuerda que estas comunidades tienen como actividad principal agricultura y es la fuente inclusive para la alimentación y con eso se garantiza la seguridad alimentaria de sus familias, de sus hijos. Entonces, es un tema integral que se tendría que abordar para beneficiar justamente con una actividad importante como es la minería artesanal, pero que esté en el marco legal, en el marco transparente”.