– ¿Qué observaciones tiene sobre el crecimiento de 3,3 % que experimentó la economía nacional el año pasado?
En realidad lo que vimos el año pasado fue algo que se fue consolidando, un proceso de recuperación de la economía luego de la contracción que tuvimos en el 2023 y tuvo algunas diferencias a lo largo del año en el primer semestre por el lado sectorial, lo que le dio impulso y un fuerte dinamismo de los sectores extractivos como pesca en particular y más bien hacia el segundo semestre los que tomaron un mayor protagonismo fue la parte que denominamos el PBI no primario, que es más del 70% de toda la economía. Es más interesante que esa parte no primaria sea la que tome más protagonismo porque es la que genera más empleo. Ahí están sectores como servicios, comercio, construcción, etcétera. Entonces, esto fue lo que vimos durante el año 2024 a grandes rasgos. Fue un año de recuperación que se explicó por la normalización, por ejemplo, del clima, ya no tuvimos pues obviamente el Fenómeno El Niño. Tampoco tuvimos la convulsión social que hubo en el primer trimestre del 2023. Hubo un descenso de la inflación, lo cual significó una menor erosión del poder adquisitivo de las familias, las tasas de interés también empezaron a bajar, y hubo un fuerte estímulo por el lado fiscal, en particular, en gasto en inversión pública. No quiero dejar de mencionar que también el gasto de consumo se vio favorecido porque las familias pudieron contar con algo más de liquidez mediante el retiro de fondos previsionales, que es una medida muy mala, a mediano plazo desde luego. Pero a corto plazo proporcionó algo más de liquidez. Eso es por el lado del año 2024.
– ¿Cuáles serían las recomendaciones de su parte para este año?
El año empezó con algunos elementos de incertidumbre. En lo positivo es que al inicio del año estamos viendo que la economía peruana mantiene más o menos un ritmo similar a lo que hemos visto en la última parte del 2024, un crecimiento de más o menos de 3%. Está empezando el año a ese ritmo. Estamos viendo que algunos proyectos de inversión en infraestructura y en minería finalmente se están materializando y van a iniciar construcción a lo largo del presente año. Pero también hay que reconocer que hay dos elementos de incertidumbre importantes: por el lado externo, la nueva administración en Estados Unidos está generando impactos en los mercados financieros. También se está viendo que podría haber un menor comercio mundial. Entonces, se genera todo un entorno de incertidumbre, lo que te quiero decir es que vamos a tener el entorno internacional algo más retador que lo que vimos. Y el otro elemento que también podría generar algo de incertidumbre sería el inicio del proceso electoral, usualmente la campaña electoral en Perú inicia hacia el último trimestre del año previo a las elecciones. Pero, dependiendo un poco de la oferta electoral, de quiénes van a ser los protagonistas de esta contienda, veremos si los mercados reaccionan bien o mal, si estos candidatos potenciales generan expectativas favorables o negativas. Entonces, también hay un elemento de incertidumbre.
– ¿Ser la economía más estable de Latinoamérica es un consuelo de tontos o es un logro del que debemos sentirnos orgullosos?
Es un logro que nos está dando mucho rédito en concreto. Perú ha experimentado episodios muy complicados y fíjate, la economía está a flote, por ejemplo, tuvimos un muy mal manejo de la pandemia, tuvimos un gobierno de Pedro Castillo que fue realmente muy malo en términos de gestión de políticas públicas y ahí estamos. O sea, el crecimiento que hemos tenido el año pasado y el que se espera para este año, va a ser de los más altos en América Latina, si no el más alto, entre las economías más grandes de América Latina. Entonces, eso nos da rédito. Es importante mantener esa estabilidad macro que es una condición necesaria para crecer. No es suficiente para tener un crecimiento acelerado, pero permite contrarrestar eventos complicados. Por ejemplo, durante la pandemia, cuando el Perú estaba confinado y el gobierno salió a pedir recursos y financiación al exterior, los mercados estuvieron muy favorables respecto a financiar al gobierno, que empezó a tomar financiamiento de manera preventiva porque en ese entorno de incertidumbre no se sabía cuánto iba a durar la pandemia. En fin, creo que es un elemento formidable, que no debemos descuidarlo, Hay que mantener esa fortaleza, y hoy en día que tenemos este entorno internacional más retador, van a haber impactos a nivel global, pero va a haber heterogeneidad. Algunas economías están algo más expuestas que otras. Nosotros en este momento tenemos fundamentos económicos muy sólidos: estabilidad de precios, cuentas externas superhabitarias, indicadores fiscales todavía bastante buenos, aunque ha habido algo de deterioro en los últimos años. ¿Por qué esto es favorable? Porque les da espacio a las autoridades eventualmente para implementar políticas que permitan contrarrestar efectos no deseados que pueden ocurrir, pueden venir desde el exterior.
– ¿A usted le preocupa que eventualmente se debilite la autonomía e independencia del Banco Central de Reserva del Perú?
No. El Banco Central tiene un esquema institucional y legal, muy fuerte. La autonomía que tiene el Banco Central, está consagrada en el artículo 84 de la Constitución, y tiene una ley orgánica que establece una serie de prohibiciones de lo que no puede hacer el banco. Este esquema legal se diseñó para aislar el Banco Central del poder político, de la influencia política, y que las decisiones que se tomen ahí sean realmente técnicas. El banco siempre se ha caracterizado por ser muy profesional, el problema es que en algún momento tuvo mucha injerencia la parte política, pero hoy, reitero, el marco legal e institucional en el que opera el Banco Central le garantiza esa autonomía. No digo que la garantiza al 100% porque siempre puede pasar cualquier cosa, pero es una autonomía muy fuerte y, reitero, garantizada por el artículo 84 de la Constitución, y su ley orgánica. Ahora bien, no se puede dejar de reconocer que, si bien el Banco Central es una institución fuerte, por sí misma, tener un liderazgo tan importante como el que ha tenido Julio Velarde potencia el manejo monetario en el sentido favorable. Entonces, si Julio Velarde tiene que eventualmente dejar la presidencia del Banco Central, lo primero es que la institucionalidad seguramente se va a mantener y, lo segundo, es que obviamente habrá que buscar una persona idónea como es Julio Velarde para poderlo reemplazar, aunque por supuesto la valla es bien alta.