La infección de orina en perros y gatos es un problema común y, aunque puede afectar a todas las edades, tiende a aparecer con mayor frecuencia en animales de edades avanzadas. Es fundamental que esta alteración urinaria sea tratada a tiempo para que no evolucione en una condición más grave que perjudique la salud de nuestra mascota.
La médica veterinaria Ana Paola Vera, especialista en geriatría, hizo un repaso de los síntomas que te pueden ayudar a saber si tu perro o gato tiene una infección de orina.
¿Cuáles son los síntomas de una infección urinaria en perros?
Aumento en la frecuencia de la micción, pero con poca cantidad de orina.
Lamido excesivo de las zonas genitales.
Orina de color más oscuro de lo normal (lo normal es que sea amarilla trasparente) o con olor muy fuerte.
Sangre en la orina.
¿Cuáles son los síntomas de una infección urinaria en gatos?
Micción fuera del arenero al no poder controlar la orina.
Lamido excesivo de las zonas genitales.
Dificultad para orinar, que incluso puede ocasionar llantos en el momento de la micción.
Mayor frecuencia de micción, pero con poca cantidad de orina.
Salud
El estrés puede alterar el sistema urinario de la mascota
La médica veterinaria Ana Paola Vera advirtió que el estrés puede alterar la función normal del sistema urinario, lo que aumenta el riesgo de infecciones del tracto urinario de la mascota. Esto -indicó- es más frecuente en los gatos, sobre todo en los más adultos.
«Los gatos viejitos tienen otro tipo de enfermedades, como por ejemplo insuficiencia renal, insuficiencia hepática, insuficiencia pancreática. Eso causa estrés en los gatitos y, como consecuencia, tienden a ser infecciones urinarias por estrés», explicó.
En tal sentido, la especialista pide a las personas tener sumo cuidado con los gatos, pues son animales que se estresan muy fácilmente, sobre todo cuando cambian de rutina o de ambiente. «Hay que manejar muy bien el tema cuando tenemos gatos, sobre todo cuando nos mudamos. Ahora está de moda mudarse a departamentos pequeños y se llevan a sus mascotas (…) Cuando empezamos a hacer remodelaciones en casa o movemos los muebles, esos son causales de estrés en el gato», señaló.
La especialista en geriatría recalcó, asimismo, que el comedero y el bebedero no deben colocarse juntos, porque eso también estresa al gato y es muy probable que no quiera beber suficiente agua.
«Hay que incentivar que el gato tome agua porque justamente sufre de infecciones urinarias y hay que incentivar separando el agua de la comida. Por lo menos de 2 a 3 metros deben estar separadas y siempre, en lo posible, comprar fuentes de agua. Eso estima al gato para que tome agua», sostuvo.
