El Ejército de Israel ejecutó un nuevo bombardeo contra una instalación identificada como un «edificio militar» del partido-milicia chiíta Hezbollah en el sur del Líbano.
Este acto se enmarca en los conflictos desencadenados en la zona fronteriza desde los ataques perpetrados el 7 de octubre por el grupo terrorista palestino Hamas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) detectaron la presencia de terroristas en el edificio militar de Hezbollah en el área de Aita al Shaab, al sur de Líbano, según comunicó el propio Ejército. Posteriormente, una aeronave de la Fuerza Aérea atacó tanto el edificio como a los terroristas que se encontraban en su interior.
Hezbollah emitió un breve comunicado confirmando la muerte de uno de sus miembros, identificado como Muhamad Hasan al Sayid, aunque no proporcionó detalles sobre cuándo o dónde ocurrió el fallecimiento.
En el comunicado, Hezbollah destacó que el fallecido «ha ascendido como mártir en el camino a Jerusalén», refiriéndose a su muerte en el contexto de los enfrentamientos con Israel tras los ataques de Hamas.
Por otro lado, las FDI confirmaron el jueves haber abatido a dos milicianos de Hezbollah en ataques aéreos nocturnos en la zona de Kfarkela, al sur del Líbano, según un comunicado castrense. Además, aseguraron que sus aviones de combate también atacaron una «serie de infraestructura terrorista» del grupo libanés ubicada en la zona de Khiam, cerca de la frontera sur del país, con el objetivo de eliminar una amenaza inminente.
Horas antes Israel lanzó diversos ataques aéreos en la zona del Baalbek, en el norte del Líbano, donde se aseguró la presencia de «objetivos terroristas» de la milicia chiíta, según un comunicado oficial. Estos ataques israelíes ocurrieron después de que Hezbollah reivindicara bombardeos contra un centro comunitario situado en una aldea israelí fronteriza con el Líbano el miércoles, que dejó al menos 18 heridos, incluidos 14 soldados.
Hezbollah, que asumió la autoría de esos bombardeos, afirmó que sus acciones fueron en respuesta a dos ataques israelíes que mataron a tres miembros del grupo en áreas del sur del Líbano.
Este aumento de la tensión ha generado el mayor pico de violencia en la frontera entre Israel y Líbano desde 2006, con un intenso intercambio de fuego durante más de cinco meses, cobrándose la vida de al menos 382 personas, en su mayoría del lado libanés y de las filas de Hezbollah.
En Israel, han fallecido 18 personas en el norte (10 militares y 8 civiles), mientras que al otro lado de la frontera han muerto al menos 364 personas, incluidos 46 miembros de otras milicias, un soldado libanés y 60 civiles, además de combatientes de Hezbollah.