Más de 50 personas murieron en dos ataques ocurridos en el centro de Nigeria el domingo por la noche, en un contexto de enfrentamientos mortíferos intercomunitarios, informó un responsable de Cruz Roja.
Esta área de Nigeria suele verse azotada por la violencia étnica y religiosa, que puede exacerbarse por conflictos de tierra entre ganaderos peuls, musulmanes, y agricultores mayoritariamente cristianos.
«Hasta ahora hemos encontrado 52 cuerpos. Seguimos buscando», dijo un representante de la Cruz Roja, que pidió el anonimato. Según él, 30 personas resultaron heridas y unas 30 casas fueron incendiadas.
Los hechos tuvieron lugar en las aldeas de Zike y Kimakpa, diez días después de que unos ataques parecidos dejaran 40 muertos en la misma zona, el Estado de Plateau, situado entre el norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, y el sur, mayoritariamente cristiano.
Críticas al presidente nigeriano
«Asaltantes no identificados entraron en la aldea y dispararon indiscriminadamente. Mataron a ocho personas, otras fueron heridas y hubo casas incendiadas», dijo Dorcan John, una habitante de la aldea de Zike.
Amnistía Internacional condenó las matanzas e instó al presidente nigeriano, Bola Tinubu, a poner en marcha una comisión independiente que «investigue el aparente fracaso de las agencias de seguridad» que deben «poner fin al derramamiento de sangre».
Con el aumento demográfico, la superficie de las tierras explotadas por los agricultores ha aumentado, así como el acaparamiento de tierras, las tensiones políticas y la minería ilegal agravan aún más los conflictos.
La sucesión de asesinatos, seguidos de actos de represalia, ha generado una criminalidad más extendida en estas zonas, con pandillas que realizan incursiones específicas en aldeas, secuestros masivos y saqueos.