El expresidente Alberto Fujimori falleció a los 86 años. En horas de la tarde su hija, la excandidata presidencial, Keiko Fujimori, confirmó el deceso de su progenitor a través de su cuenta de X.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. ¡Gracias por tanto papá! Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori”, señaló la lideresa de Fuerza Popular.
Minutos antes Elio Riera, abogado del expresidente, se pronunció también a través de su cuenta de X: “Señor presidente, gracias por todo. Descanse en paz. Su legado perdurará en la historia. Su amistad para mi será eterna. Recordaré siempre sus palabras: logramos el objetivo. Hasta pronto mi gran amigo”, señaló.
Su deceso se produjo en la casa de su hija Keiko, en el distrito de San Borja, meses después de haber recuperado su libertad gracias a un indulto humanitario ratificado por el Tribunal Constitucional.
El hombre que gobernó el Perú entre 1990 y 2000 sufrió diversas complicaciones médicas desde que ingresó a la cárcel a mediados de 2007, y fue víctima de una feroz persecución política de los rojos y la izquierda caviar por haber derrotado al terrorismo, sus enemigos nunca le perdonaron que pacificó el país y capturó al sanguinario terrorista Abimael Guzmán que asesinó a miles de peruanos.
Tampoco le perdonaron que logró un exitoso rescate de rehenes secuestrados en la embajada japonesa por el grupo terrorista MRTA, en una impecable operación militar denominado “Chavín de Huántar” que asombró al mundo.
El exgobernante, quien fue paciente oncológico, completó recientemente sus sesiones de radioterapia, por lo que se hallaba en una fase de evaluación de los resultados de su tratamiento.
No obstante se conoció que su salud se vio deteriorada, mientras se encontraba principalmente al lado de su hija Keiko Fujimori, así como de congresistas de Fuerza Popular.
Más temprano, el legislador y médico de cabecera de Alberto Fujimori, Alejandro Aguinaga, junto con otras figuras como la parlamentaria Martha Moyano y las exlegisladoras Luz Salgado y Luisa María Cuculiza, acudieron al hogar de Keiko Fujimori.
Aguinaga había informado sobre el grave estado de salud del exmandatario, señalando que estaba “luchando por su vida” y agradeciendo las muestras de preocupación en nombre de la familia.
Por su parte, la exministra de la Mujer del gobierno fujimorista, Luisa María Cuculiza se mostró visiblemente sorprendida, ya que, según detalló, hace tan solo unos días había conversado con el exdictador en la mencionada residencia, a donde llegó acompañada con la exparlamentaria de Fuerza Popular, Karla Schaeffer.
“Hace cinco días hablé con él. Estaba muy bien, hemos hablado de todo. Aquí con Karla (Schaeffer) le dijimos, ‘presidente subimos a conversar’ y él respondió, ‘no yo bajo rapidito’. Caminó con su andador, estaba lúcido totalmente”, señaló en declaraciones a la prensa.
La grave situación de la salud del expresidente habría llevado a su familia a solicitar la presencia de un sacerdote, quien llegó a la casa de Keiko Fujimori, hija del exmandatario, donde habría administrado los santos óleos, un sacramento reservado para los enfermos graves.
Fujimori será recordado por la mayoría de peruanos como el líder que estabilizó la economía peruana, modernizó el país y derrotó al terrorismo.
