Gracias al gobierno de Lula Da Silva, Nadine Heredia vive en una casa en una zona exclusiva de Sao Paulo, una ciudad moderna a su disposición, casa, comida, salud y colegio para su hijo. Todo pagado por el regimen brasileño, mientras su esposo está preso en Ate Vitarte y sus hijas mayores en Estados Unidos estudiando.
Pero lo más grave es que el gobierno brasileño ha cambiado la situación de asilo político a refugiado para evitar el proceso de extracción hacia el Perú.
Se sabe que Nadine fue la que escogió la ciudad de Sao Paulo para vivir. “Por la facilidad de escuelas, por una vida más tranquila y es una ciudad muy grande con muchas oportunidades”, contó el abogado Carvalho, quien la recibió en esa ciudad.
El estado de Sao Paulo tiene cerca de 44 millones de habitantes. Es siete veces más grande que la región Lima.
El asilo político generó muchas críticas contra el Gobierno de Lula. A eso se sumó la baja popularidad del mandatario de 80 años, 24% de aprobación, la peor cifra de sus tres gobiernos.
Eso hizo que las cosas cambiaran, y una vez más Nadine salió beneficiada. Desde el viernes, ella y su hijo dejaron de ser considerados asilados políticos y fueron reasignados como asilados humanitarios, argumentando, principalmente, la salud de Nadine.
Ese cambió le da a ella y a su menor hijo la categoría de refugiados, una categoría que los favorece. Por ejemplo, Nadine podrá trabajar en Brasil e incluso asistir a actividades políticas.
Esa nueva condición de refugiada impedirá que se siga adelante con cualquier solicitud de extradición basada en los hechos que motivaron la concesión del refugio. Si por alguna razón la quisieran expulsar de Brasil, no será al Perú, según las leyes brasileñas. Los privilegios son evidentes.
Mientras tanto, Nadine y su hijo vivirán de momento en una casa de la Cancillería brasileña.
En Sao Paulo, hay alrededor de 25 de estos tipos de hogares. Todos ubicados en distritos seguros y exclusivos de una moderna ciudad que tiene muchos centros comerciales, estadios de fútbol, parques gigantes y playas hermosas.
La casa que acoge a Nadine está ubicada en uno de los tres distritos más costosos de la ciudad: Itaim Bibi, Jardim Paulista y Vila Nova Conceicao.
Los tres distritos están a 20 minutos del centro de la ciudad, donde se encuentra, por ejemplo, el hermoso parque Ibirapuera. Un enorme centro de recreación y descanso, con decenas de hectáreas de campos verdes, lagos, botes y espacios deportivos. Un lugar ideal para una tarde de domingo.
Como Nadine puede participar de actividades políticas, podrá ir, por ejemplo, a un lugar histórico: el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, una base histórica del actual partido de gobierno donde Lula esperó a la Policía cuando lo detuvieron y lo mandaron a prisión por el caso Odebrecht.
O podrá ir a la hermosa playa de Guarujá, a solo una hora del Centro, donde su amigo y nuevo protector tenía un lujoso departamento que la corrupta Odebrecht le habría entregado.
Paisajes hermosos para ver tendrá de sobra y deberá aprovecharlos porque a Lula le queda un año y medio de gobierno. Si la oposición brasileña toma el poder, muy probablemente Nadine tendrá que hacer maletas una vez más.
De otro lado, el internacionalista y excanciller de la República Javier González-Olaechea indicó que, en su calidad de asilada, Nadine Heredia gozará en Brasil de un domicilio, algún tipo de protección (entendiendo por ello la seguridad policial), cobertura de salud y un sustento.
“Todo en proporción a las normas y prácticas del Brasil, lo que implica que no podemos cuantificar el sustento, ni nos corresponde hacerlo”, manifestó.
