Angie Rajkovic
Todo 23 de julio se conmemora un aniversario más de la inmolación del Capitán FAP José Quiñones Gonzales, Gran General del Aire del Perú. En dicha fecha recordamos al joven oficial de 27 años, que ofrendó su vida en defensa de la patria, durante el conflicto con el Ecuador. Episodio que nos convoca a reflexionar sobre su valeroso legado escrito en las páginas de la historia, como ejemplo de amor y compromiso con el país, para las futuras generaciones.
Uno de los acontecimientos que marcó la personalidad de José Quiñones, fue cuando él mismo solicitó ir al conflicto al mando de su avión North American NA-50. Desde ese momento no hubo dudas del gran sentimiento de generosidad y heroísmo, dejándonos un claro ejemplo de integridad y entrega por su patria.
Hoy, es un día para admirar ese gesto de decisión, coraje, honestidad y valor que desde la inmortalidad trasluce el héroe, reclamando a los peruanos que defendamos a la patria y a nuestra bandera, para legar a nuestros hijos una patria libre y digna que heredamos de nuestros antepasados que la mantuvieron incólume aun con el sacrifico de sus vidas.
Los valores de disciplina, lealtad, dignidad y patriotismo; son los que guiaron al Capitán Quiñones a ofrendar su vida por un Perú grande. Y actualmente, esos mismos valores hacen que el personal de la Fuerza Aérea del Perú se encuentre trabajando en atención a las demandas del Estado.
En la expectativa, de cumplir los ideales del héroe, podemos decir que, la Fuerza Aérea del Perú va en proceso de renovación de sus principales activos, equipamiento, material y sobre todo reforzamiento del nivel académico del personal que constituye su capital humano, encargado de operar las unidades aéreas, cuya capacidad les permite cumplir con su misión en la defensa nacional, el control del orden interno, el desarrollo socioeconómico y la gestión del riesgo de desastres, lo que ha hecho que en los últimos años se consolide su poder aeroespacial para resguardar los intereses nacionales.
Los peruanos, sin distingo alguno, reconocemos en él, a la figura cumbre del Perú, al modelo de las más excelsas virtudes militares. Es tan añorada su imagen y tan gloriosa su vida, que su nombre se evoca con respeto y veneración, porque los corazones se conmueven ante el recuerdo de su hazaña heroica. Él, como buen norteño ha dado a los chiclayanos un blasón y un motivo de legítimo orgullo.
Que el sacrificio del Capitán Quiñones, sirva para mantener viva la llama de peruanidad en nuestros corazones, que nos mantenga unidos, para que nuestro país ocupe el sitial que le corresponde en el ámbito continental.
Por todo ello, el Pleno del Congreso de la República aprobó un dictamen declarando el día 23 de julio como nuevo feriado nacional, en conmemoración del sacrificio del Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales.
Recordar la vida de los grandes hombres que iluminaron nuestro pasado es una tarea importante y leal para continuar mejorando como peruanos. ¡Arriba, Siempre Arriba!
