Por Antero Flores-Araoz
Días atrás la Municipalidad de Lima Metropolitana, cambió el nombre a la Plaza de la Cultura, que recuerda al maestro Luis Alberto Sánchez. Ante las protestas que ello generó, rápidamente el Alcalde de Lima y el Municipio a su cargo, en gesto que los honra, reinstalaron en tal parque el nombre que le correspondía, ello sin perjudicar por cierto al nuevo homenajeado, quien también se desempeñó como alcalde de la ciudad capital, Luis Castañeda Lossio, con méritos más que suficientes para que cualquier otra plaza de nuestra ciudad lleve su nombre.
Lo antes expuesto nos ha inducido a preparar la presente nota, la que tiene por finalidad hacer notar un defecto de nuestras autoridades ediles, así como también una seria omisión. Como dicen vamos por partes y cucharadas.
El defecto es que en el mismo distrito muchas veces hay calles que tienen el mismo nombre, lo que lleva al vecindario, sea el propio o al ajeno, a infinidad de inconvenientes, errores de ubicación y pérdida de valioso tiempo, por lo que años atrás se dispuso por Ley N° 26365 la prohibición de nominar calles en la misma circunscripción territorial, con otro igual al de otra calle. Por cierto, podría repetirse el nombre en otros distritos o localidades, pero no generará equivocaciones, pues se trata de circunscripciones diferentes. Como ejemplo podríamos dar el hecho de que infinidad de plazuelas y calles de muchísimas circunscripciones lleven el nombre de nuestros máximos héroes como Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte o José Abelardo Quiñones, homenajeados así con absoluta razón y justicia.
Lamentablemente la Ley en cuestión no está vigente, por lo que sería conveniente que el Congreso se vuelva a ocupar del tema y confirme el texto de ella.
El otro asunto, más relevante aún es que teniendo muchísimos héroes que han defendido nuestro territorio, así como el mar de Grau y el espacio aéreo nacional, su memoria no haya sido difundida con sus nombres en calles y plazas, aunque de diferentes localidades, con lo que se hará justicia a su memoria que debería ser imperecedera.
Los héroes nacionales no solamente lo son por sus actuaciones en conflictos bélicos de carácter internacional, sino que también los tenemos por su actuación para librarnos del terrorismo homicida, que ha cobrado muchísimas vidas en el país y que ha ocasionado incalculables daños al patrimonio público como privado. Sin ir muy lejos tenemos a los comandos “Chavín de Huántar” que recuperaron a quienes habían sido secuestrados por miembros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), en una recepción realizada en la residencia del Embajador del Japón, hace cerca de 30 años. Igualmente, a los mineros que aún en anonimato, cavaron el túnel que permitió a los mencionados comandos su ingreso al lugar en que se mantenían cautivos a quienes habían concurrido a homenajear al emperador del Japón.
Como vemos hay nombres para bautizar nuevas calles y plazas, como también para denominar a las que se identifican por número, que definitivamente no tienen ninguna connotación. Ojalá los alcaldes hagan lo que corresponde.