Por Antero Flores-Araoz
Los feligreses de la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, establecida en la urbanización Camacho, y que comprende a católicos del distrito de La Molina y también de Santiago de Surco, que residen en la zona, han manifestado su preocupación respecto a la permanencia en la citada Parroquia de los sacerdotes que en ella ejercen su servicio pastoral, en estrecha unión con los seglares.
Si bien la preocupación es absolutamente entendible, pues al haber la Santa Sede disuelto al “Sodalicio de Vida Cristiana” del que dependían los sacerdotes de la Parroquia mencionada, no es menos cierto que tratándose de la Iglesia Católica, ella está integrada por el clero y los laicos, caminando juntos como “Pueblo de Dios”, en un camino sinodal de mutua escucha y colaboración. Ergo que no pueden estar separados los ministros de la Iglesia, como son sacerdotes, otros religiosos y sus autoridades, de lo que son los feligreses.
No se podría entender nuestra Iglesia Católica, que también es Apostólica y Romana, con solo las autoridades religiosas, como tampoco con tan solo la feligresía, la cual alza su voz para que continúen ejerciendo su magisterio religioso, los actuales sacerdotes que están en la citada Parroquia.
Si bien miles de feligreses de la parroquia en cuestión han suscrito declaración, pronunciamiento o memorial, o como quieran llamarlo, para que la Arquidiócesis de Lima, presidida por nuestro Arzobispo primado, mantenga en la conducción de la Parroquia a sus actuales pastores, sus voces seguramente serán escuchadas por el espíritu sinodal al que nos hemos referido y al cual hizo recuerdo dicha altísima autoridad religiosa en su homilía de su celebración litúrgica el pasado seis del presente mes de abril, en plena Cuaresma y previo a la Semana Santa.
Quienes formamos parte de la Parroquia desde sus inicios, participando incluso en las actividades relacionadas con la edificación de su templo, sabemos que siempre ha existido comunión entre los pastores de la Iglesia y su feligresía, que nunca ha existido ningún acto u omisión desdorosa y que, desde la aludida Parroquia se atiende no solamente con las actividades religiosas, sino con amplio apoyo social a la comunidad, y no solo de la zona en donde desarrolla sus actividades, sino incluso en lugares alejados como es Ayaviri u otros más cercanos como es el Callao y los asentamientos humanos de personas no favorecidas por la fortuna y que requieren del apoyo solidario de sus hermanos en la fe.
La Parroquia, incluidos sacerdotes y parroquianos, también colaboran mensualmente con Caritas Lima, que es conducida por el Arzobispado, igualmente la parroquia tiene el proyecto navideño de la Caja del Amor que lleva un cena digna de nochebuena a 4,000 familias cada año, otorgamiento de becas escolares, distribución de mochilas con libros y demás útiles para el colegio, apoyo a casas de reposo para ancianos en Arequipa y en el Callao, conducción de comedores populares y cunas en Manchay y en Ayaviri.
No seguimos narrando las acciones que se realizan desde nuestra Parroquia por lo apretado del espacio, pero los feligreses deseamos continuar, en unión con nuestros actuales pastores, las tareas tanto religiosas como sociales que con éxito y compromiso, se han venido realizando, más cuando no hay motivo alguno para el cambio y que la jefatura de la arquidiócesis, seguramente tendrá en cuenta para una justa decisión.