Por Antero Flores-Araoz
Como bien sabemos, uno de los Derechos Humanos más significativos y apreciados, es el de la libertad de expresión, cualquiera sea su forma, por lo cual en los tratados internacionales sobre la materia y en la mayoría de las constituciones de países democráticos se le reconoce y garantiza.
La libertad de expresión tiene innumerables aristas y modalidades, pues se pueden expresar noticias, ideas y conceptos, sea a través de la expresión oral como de la escrita, al igual que por señas y expresiones corporales, sin olvidar por supuesto al arte, dado que incluso por intermedio de una pintura, dibujo o escultura también se puede expresar y comunicar hasta estados de ánimo y asimismo pretensiones.
Una de las herramientas escritas de la expresión libre, es la literatura, en la cual existen diversos géneros, muchos universalmente reconocidos y otros con vocación de reconocimiento. Entre los géneros literarios consagrados tenemos el narrativo, el lírico, el épico, el dramático, el didáctico y el humorístico, por supuesto entre otros y, entre los que están en proceso de apreciación tenemos a las columnas de opinión.
Las columnas de opinión pueden ser escritas, como también orales y por supuesto visuales, las que normalmente se propagan a través de los periódicos y revistas, de las radios y de las televisoras, a lo que en lustros recientes hay que agregar a las redes sociales. Cuando la columna de opinión es la del propio medio informativo, se le llama comúnmente editorial.
Las columnas de opinión, en todas sus modalidades son bastante versátiles pues pueden corresponder a un sinfín de hechos, situaciones, anhelos, críticas, sugerencias, propuestas y tantos otros contenidos. También tienen la virtud de la oportunidad, pues pueden emitirse con inmediatez, sin esperar la preparación, edición e impresión de algún libro. Igualmente son cortas, lo que facilita su conocimiento. Los escritos largos al igual que las interminables peroratas se hacen aburridos y por ello no logran interesar ni trascender.
Hay redes sociales que transmiten columnas de opinión vertidas en otros medios de expresión, pero también existen portales digitales en que hay columnas de opinión de sus propios colaboradores, la mayoría de ellas escritas, aunque también hay las orales en que se graba a las personas que disertan brevemente dando sus opiniones, consejos, como también simples apreciaciones, lo que está revolucionando por su simpleza y oportunidad, los nuevos medios de información digital.
En lo particular, el autor de esta columna es un amante de este género o cuasi género literario, en que se puede tener hasta posiciones divergentes con la oficial del medio que la transmite o de sus otros colaboradores, con lo cual es el público lector, oyente o expectante, el que a través de la confrontación de ellos se identifica con alguno y concuerda con él.
Como vemos la columna de opinión reviste significativa importancia por las virtudes de que goza, que como repetimos es la simpleza, cortedad y oportunidad. No olvidarlo.