Por: Dennis Falvy
Lima la horrible es un clásico ensayo de Sebastián Salazar Bondy, publicado por primera vez en México en 1964 por Biblioteca Era y el mismo año en el Perú por la editorial Populibros.
Salazar Bondy emprende una dura crítica a lo que llama la Arcadia Colonial, aquella “leyenda” que idealiza la Lima tradicional y oculta que esta “se ordenó en función de rígidas castas y privilegios de fortuna y bienestar para unos cuantos en desmedro de todo el inmenso resto”.
Lamentablemente persisten hasta hoy en la sociedad: la exclusión social, el racismo, la desigualdad, la corrupción, los prejuicios.
Para Gonzalo Arcasi, de Bloomberg Línea, Lima ha dejado de ser un lugar de esperanza y progreso. Entre los años 2019 y 2023, la pobreza monetaria en Lima pasó de 14,2% a 28,7% según el INEI. La pobreza urbana, medida monetariamente se ha exponenciado.
El post cuenta historias como la de un provinciano de 40 años, natal de Ayacucho, que dejó a su tierra cuando tenía cinco años, con el anhelo de encontrar un mejor futuro en Lima. Hoy padre soltero, sin trabajo fijo, cabeza de familia, y con dos hijos menores de edad, admite que cada año se hace más difícil y caro vivir en la capital. Para sobrevivir se dedica a la venta de canchita maíz, chifles y maní confitado en la Avenida Salaverry, en Jesús María.
Cuenta que hace cinco años podía ganar en una semana hasta S/ 100 (US$29,85). Hoy, en el mismo lapso, recauda menos de la mitad. “Lo que gano no me alcanza. Hay días que no como con tal de que mis hijos tengan un pan en la boca. La vida en Lima es dura y triste”, apuntó.
Y lo mismo con Nelly Choque tiene 35 años de edad, natal de Puno y es madre de tres hijos pequeños quien vende caramelos y flores y gana S/7 por día que no le alcanza y quiere juntar algo de dinero para regresar a su tierra.
El INEI señala que 9,7 millones de peruanos son pobres. La variación al alza frente al 2022 se traduce en que 596.000 ciudadanos ya no cuentan con los ingresos suficientes para cubrir la canasta básica de consumo.
Y encima se tiene una presidente con serios cuestionamientos y baja popularidad y que en reciente viaje a China y en el canal estatal CCTV-13 noticias dijo que desea un país donde “la pobreza se acorte” y en su aburrido e incoherente y repetitivo discurso del 28 de julio en el Congreso, no estuvo claro como combatirá la pobreza.
El deterioro lo aceleró el coronavirus en el 2020, y el Midis solo contaba con programas para mitigar la pobreza extrema rural, como “Juntos”, el cual entrega cada dos meses S/200 a las familias más pobres, de sectores rurales.
Lima es la ciudad más afectada por el hambre entre las principales urbes del Perú. En términos de pobreza monetaria, es más pobre que ciudades alejadas del centro financiero y comercial. Ya no es la tierra prometida donde la gente puede venir a tener mejores ingresos. Es más pobre hoy que urbes como Amazonas, Áncash, Apurímac, Cusco y Junín. Y más que horrible.