Por: Dennis Falvy
El dólar se ajustó hacia abajo en abril por un 10%. Esto a pesar de que los rendimientos han subido, pero abundan los rumores de que los grandes gestores de activos extranjeros se están deshaciendo de los billetes verdes, cosa que no ha sucedido en décadas.
The Economist señala que un mercado de 27 billones de dólares ayuda a hacer de los bonos del Tesoro un refugio; El dólar domina el comercio de todo, desde bienes y materias primas hasta derivados.
El sistema respaldado por la Reserva Federal promete una baja inflación, y por la sólida gobernanza de Estados Unidos, bajo la cual los extranjeros y su dinero han sido bienvenidos y seguros.
Pero se cree que esta crisis fue creada en la Casa Blanca.
Un tema es el arancelario y se escucha que se viene una recesión, pues además del tema comercial en ciernes la mala posición fiscal de Estados Unidos está empeorando aún más.
La deuda neta es 100% del PBI y el déficit presupuestario del año pasado, del 7%, fue asombrosamente alto para una economía sana.
Pero el Congreso quiere endeudarse aún más y el 10 de abril aprobó un proyecto de presupuesto que podría añadir 5,8 billones de dólares en déficits durante la próxima década, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo de expertos.
Eso impulsaría el déficit en otros 2 puntos porcentuales y superaría el valor total combinado de los recortes de impuestos del primer mandato de Trump, el gasto adicional en la pandemia de covid-19 y los proyectos de ley de estímulo e infraestructura de Joe Biden.
Esto da dudas sobre si Trump puede gobernar Estados Unidos de manera competente o consistente.
Las exenciones intermitentes y los aranceles sectoriales promueven el cabildeo.
Durante décadas, Estados Unidos ha señalado cuidadosamente su dedicación a un dólar fuerte.
Inevitablemente, esto pone a la Reserva Federal bajo presión.
Trump está presionando al banco central para que recorte las tasas de interés y ya se señala quiere remover a Powell y es probable que los tribunales le impidan despedir a los gobernadores de la Fed a voluntad, pero podrá nominar a un nuevo presidente de la Fed en el 2026.
El envío de migrantes indocumentados a El Salvador sin una audiencia permiten pensar que los derechos de los acreedores extranjeros podrían verse afectados.
Todo esto ha creado una prima de riesgo para los activos estadounidenses.
Es fácil imaginar una crisis del mercado de bonos dado que los extranjeros poseen 8,5 billones de dólares de deuda pública, un poco menos de un tercio del total que no son engatusados por la diplomacia ni amenazados con aranceles. Estados Unidos debe refinanciar 9 billones de dólares de deuda durante el próximo año.
Si la demanda de bonos del Tesoro se debilita, el impacto se trasladará rápidamente al presupuesto, que, debido a las elevadas deudas y a los cortos vencimientos, es sensible a los tipos de interés.
En este contexto, el Congreso tendría que dar un hachazo a las prestaciones sociales y aumentar los impuestos rápidamente.
El shock podría extenderse de los bonos del Tesoro al resto del sistema financiero, provocando impagos y explosiones de fondos de cobertura.
La Fed se enfrentaría a un doloroso dilema. Podría comprar activos para estabilizar el barco.
Pero no querría parecer que está monetizando la deuda de un gobierno que no es solvente, una medida especialmente arriesgada cuando la inflación es alta.
Una moneda es tan buena como el gobierno que la respalda y si eso tambalea habrá una generación que empuje al sistema financiero global hacia lo desconocido.
El papel disminuido del dólar sería una tragedia para Estados Unidos.
La primacía del dólar reduce el costo de capital para todos, desde los compradores de vivienda por primera vez hasta las empresas de primera línea.
Esto es terrible, es como “Morder la mano que te financia”
El mundo sufriría porque el dólar no tiene igual, solo pálidas imitaciones.
Ojo, pare, cruce y tren, a saber: El euro está respaldado por una gran economía, pero la zona euro no produce suficientes activos seguros.
Suiza es segura pero pequeña.
Japón es grande, pero tiene sus propias deudas enormes.
El oro y las criptomonedas carecen de respaldo estatal.
A medida que los inversores probaban un activo y luego otro, la búsqueda de seguridad podía provocar auges y caídas desestabilizadoras.
El sistema del dólar no es perfecto, pero proporciona la base estable sobre la que se construye la economía globalizada de hoy.
Cuando los inversores dudan de la solvencia de Estados Unidos, esos cimientos corren el peligro de resquebrajarse. Y eso sí que son palabras mayores para la economía mundial.
Ver: https://www.economist.com/leaders/2025/04/16/how-a-dollar-crisis-would-unfold