Por: Dennis Falvy
Koichi Hamada, profesor emérito de la Universidad de Yale, fue asesor especial del ex primer ministro japonés Abe Shinzō y escribe para Project Syndicate, en que por las altas tasas de interés sostenidas en Estados Unidos, el dólar se ha disparado frente a otras monedas. Y ello son malas noticias para los productores estadounidenses nacionales y buenas noticias para los extranjeros.
Esto son similares condiciones, que condujeron al Acuerdo Plaza de 1985, en el Hotel de Nueva York, por 5 países del G-7 , que transformó a un Japón dominante en un país cuyo crecimiento de la productividad estaba rezagado con respecto al de otros países desarrollados y ello fue un factor crucial en su estancamiento económico, pues el acuerdo fue ok para el dólar, pues aumentó el valor del yen y así se redujo el crecimiento acelerado de Japón durante décadas. Se acordó depreciar el dólar en relación al yen y marco. Se redujo el déficit comercial de los EEUU.
Ver: https://www.oroyfinanzas.com/2015/02/que-es-plaza-acuerdo-accord-agreement/
Pero esta vez, Estados Unidos se enfrenta a China tanto como a Japón, y negociar con China, su rival de gran potencia, sería más difícil políticamente que negociar con Japón, un firme aliado de Estados Unidos, en la década de 1980 .
¿Por qué el dólar y el yen, ahora junto con el renminbi, se encuentran en una situación que recuerda a la década de 1980?.
Ello es por los tipos de cambio flexibles, el mecanismo básico que condujo a acuerdos monetarios como el del Plaza.
En un régimen de tipo de cambio fijo, la expansión monetaria de un país actúa como estímulo para sí mismo y para sus socios comerciales, pero cuando el tipo de cambio es flexible, la expansión monetaria de un país actúa como un estímulo solo para sí mismo y tiene un efecto contractivo sobre sus socios comerciales.
La expansión monetaria que aumenta los activos denominados en la moneda de un país tiende a depreciar el tipo de cambio. Contrariamente, la expansión monetaria de su país socio tiende a que el tipo de cambio de esa moneda se aprecie.
Para fortalecer el valor del yen en 1985, el Acuerdo del Plaza tuvo que ser respaldado por una política monetaria contractiva en Japón y una política monetaria relativamente expansiva en Estados Unidos. El Banco de Japón fue muy restrictivo y Japón estuvo sumido en la deflación y la recesión durante dos décadas.
La política monetaria debe tener como objetivo la inflación óptima de cada país, teniendo en cuenta al mismo tiempo el efecto de la política monetaria de su país asociado.
Por ejemplo, en respuesta a la expansión monetaria de Estados Unidos tras el colapso de Lehman Brothers en 2008, Japón debería haber lanzado una expansión monetaria sustancial; y debería responder a las subidas de tipos de interés en EE. UU. desde la pandemia de COVID-19 con sus propias subidas moderadas de tipos.
Esto implica que, bajo tipos de cambio flexibles, las autoridades monetarias de todo el mundo podrían resolver los problemas de inflación, desempleo y progreso tecnológico al mismo tiempo.
En lugar de determinar los niveles apropiados del tipo de cambio, el Acuerdo Plaza debería haber proporcionado un lugar para este juego de política monetaria.
Las autoridades de hoy deben concentrarse en los beneficios que ofrecen los tipos de cambio flexibles. Y el Banco de Japón debería ajustar rápidamente los tipos de interés a corto y largo plazo en consecuencia.