Por: Dennis Falvy
Encuentro en la red, un interesante artículo de la BBC News, en que se señala que la sagrada cena familiar alrededor de la mesa está en declive y Reino Unido no es el único país que está experimentando este cambio.
Y recuerdo que mis padres y sin duda abuelos, tenían 3 comidas al día y encima el denominado “lonche” entre el almuerzo y la cena en que el pan recién hecho era fundamental el comerlo.
Para el desayuno y de años atrás, se señala que es que nos hace estar más alerta, nos mantiene esbeltos y mejora el trabajo y comportamiento de los niños en la escuela. Ha habido discusiones de tomar leche, jugos, avena, el pan recién elaborado y por supuesto los huevos y café, entre otros.
En rigor el desayuno como lo conocemos en su diversidad no existió durante grandes etapas de la historia. Los Romanos solo consumían una comida al día, alrededor de mediodía, pues creían que era más sano hacer sólo una comida al día».
En la Edad Media, la vida monástica diseñó cómo comía la gente, explica el historiador experto en comidas, Iván Day. No se podía comer nada antes de la misa de la mañana, y sólo se podía comer carne la mitad de los días del año. Se cree que la palabra desayuno se introdujo en esta época y literalmente significaba «romper el ayuno de la noche».
La Revolución Industrial de mediados del siglo XIX, regularizó los horarios laborales y los trabajadores necesitaron adoptar una comida temprana para mantener la energía durante el trabajo.
Todas las clases sociales empezaron a comer una comida antes de ir a trabajar, incluso los jefes.
Al llegar el siglo XX, el desayuno vivió una nueva revolución de la mano del estadounidense John Harvey Kellogg. Accidentalmente, Kellogg dejó trigo hervido y se puso duro.
Lo pasó por unos rodillos y lo cocinó, creando el primer copo de maíz (cornflake) del mundo. De ahí desarrolló una industria que generaría miles de millones de dólares.
Llegadas las décadas de los años 1920 y 1930, las autoridades promocionaban el desayuno como la comida más importante del día, pero entonces, la Segunda Guerra Mundial convirtió al desayuno en algo difícil de conseguir.
Conforme los británicos se fueron recuperando de los años post-bélicos y se adentraron en la década de los 50, de liberación económica, objetos como las tostadoras estadounidenses, o alimentos como el pan en rebanadas, el café instantáneo y los cereales invadieron los hogares.
Para el almuerzo, desde de los Romanos hasta la Edad Media, todo el mundo comía en la mitad del día, pero se le llamaba cena y era la principal comida del día.
Sin electricidad, la gente se levantaba antes para aprovechar la luz. Los trabajadores estaban en el campo desde el amanecer, por lo que para mediodía estaban hambrientos.
Para mediodía, los empleados habían trabajado ya hasta seis horas. Se tomaban un descanso rápido y comían una suerte de tentempié, generalmente pan y queso.
Con el desarrollo de la luz artificial, la cena empezó a ser más tardía para los más adinerados, y como resultado, se necesitó incorporar una comida más ligera durante el día.
Fue el famoso snack de última hora de la noche del Conde de Sándwich en 1750, lo que terminó de dominar el menú del almuerzo moderno. Una noche, el aristócrata le pidió a su ayuda de cámara que le trajera carne fría en pan. Podía comer el tentempié con sólo una mano sin mancharse de grasa.
En esa época, el almuerzo, sin embargo, seguía siendo conocido «como un evento accidental que ocurría entre comidas».
Una vez más, fue la Revolución Industrial la que ayudó a modelar el almuerzo tal como lo conocemos actualmente.
Los patrones de comida de las clases baja y media se definieron por los horarios de trabajo. Muchas personas trabajaban largas jornadas en las fábricas y una comida a mediodía era esencial para mantenerlos con fuerza.
Se vendían pastelillos fuera de las fábricas. La gente empezó también a confiar en los alimentos producidos en masa, ya que no había sitio suficiente en las ciudades para tener establos o cultivar alimentos propios. Muchos no tenían siquiera una cocina.
«Reino Unido fue el primer país del mundo en alimentar a la gente con comida industrial»,
El ritual de llevar el almuerzo al trabajo se convirtió en parte de la rutina diaria.
Y, la cena es la única comida que hacían los Romanos, incluso aunque fuera a una hora diferente del día.
En Reino Unido, el apogeo de la cena llegó con la Edad Media. La aristocracia comía cenas formales y extraordinariamente fastuosas en torno al mediodía.
Las cenas eran en realidad bastante sofisticadas, con estrictos modales de comportamiento en la mesa.
Eran una muestra ostentosa de riqueza y poder, con cocineros que trabajaban en la cocina desde el amanecer.
Sin electricidad, cocinar la cena en la noche no era una opción. Los campesinos comían la cena alrededor del mediodía también, aunque era algo mucho más modesto.
Según se extendió el uso de la luz artificial, se empezó a comer la cena cada vez más tarde en el día.
Para finales del siglo XVIII, la mayor parte de la gente hacía tres comidas al día en las ciudades.
A comienzos del siglo XIX, la cena se había pospuesto hasta la noche, después del trabajo, cuando la gente regresaba a casa. Muchos, sin embargo, mantuvieron la tradicional hora de la cena los domingos.
La sagrada cena familiar a la que estamos tan acostumbrados se hizo accesible a todos durante la locura del consumo de los años 50. Nuevos electrodomésticos llegaron a Europa desde Estados Unidos y se configuró la imagen de la mujer cocinando en casa.
El golpe mortal a la cena familiar llegó supuestamente en 1986, cuando apareció la primera comida para microondas.
Asimismo, la industria aeronáutica introdujo, pero sin mayor éxito, el “Brunch” en alusión al breakfast y al lunch; es decir una merienda a los pasajeros en el viaje en avión entre el desayuno y el almuerzo (lunch).
Pero si bien es cierto que menos personas celebran una cena formal familiar hoy en día, indudablemente éstas no han desaparecido e impulsadas por las fenomenales ventas de libros de receta escritos por chefs populares y sin duda diversos programas en la TV con todo tipo de alimentos y hasta postres, y que cada vez hay más de ellos, ya parecen que estarán en 2do lugar en la audiencia, siguiendo a los programas de deportes.