Por: Dennis Falvy
Roxana Martínez de Fayer Wayer nos narra un hecho insólito. Un robot que trabajaba en la ciudad de Gumi Corea del Sur, se arrojó por las escaleras suicidándose. Parecía confundido y desorientado y se señala que tenía una sobre carga de trabajo desde las 9 am hasta las 6 pm y era el primero que estaba en la ciudad y pese a que podía utilizarse IA su rol se limitaba a la entrega de documentos y ser un guía dentro del edificio, entre otros menesteres,
El “robot suicida” fue fabricado por Bear Robotics y realizaba entregas diarias de documentos, y proporcionaba información a los residentes locales.
La ciudad de Gumi pagaba un salario mensual de 2 millones de won, es decir unos US$ 1.700 a la empresa por el mantenimiento y operación del robot.
La muerte se cree que fue por una falla técnica o “estrés laboral”. Pero esto último supone “humanización”.
Es decir que el robot adquirió conciencia. Mas tal decisión podría estar en contra de la tercera ley de la robótica que establece que un robot debe proteger su existencia, pero que ello no entre en conflicto con la primera y segunda leyes, que postulan que ningún robot causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano resulte dañado. Y, que todo robot obedecerá las órdenes recibidas de los seres humanos, excepto cuando esas órdenes puedan entrar en contradicción con la primera ley.
Amén de la ley cero que ningún robot causará daño a la humanidad o permitirá, con su inacción, que la humanidad resulte dañada.
Un caso emblemático fue el de un robot de seguridad llamado Steve , que en el 2017 se lanzó al agua para “ahogarse”. en una fuente en Washington D.C.
En la comunidad de Gumi se sigue tratando de entender esta inusual tragedia, mientras se llevan a cabo las investigaciones para determinar las verdaderas causas detrás del aparente suicidio del robot.
En aquella oportunidad, Internet reaccionó con muestras de tristeza en las redes sociales, por la imagen del robot en el agua. Se habló “de fallas en el sistema de navegación”, pero el tema quedó ahí. No han existido registros de robots que digan o manifiesten previamente su deseo de “suicidio” por lo que la mayoría de estos casos, se han catalogado como fallas de sistema.
Y es que, a pesar de la tragedia, Corea del Sur sigue siendo uno de los países más entusiastas en el uso de robots, con la mayor densidad de robots industriales en el mundo.
Hay sin embargo muchas especulaciones sobre la causa del suicidio. Se habla de la sobrecarga de trabajo que soportaba el robot, pero, como es de esperarse, también se especula que podría haber sido un fallo técnico, como en el caso anterior que mencionamos.
El incidente ha generado preguntas sobre la viabilidad y seguridad de integrar robots en tareas administrativas, por lo que la administración de la ciudad de Gumi evalúa las circunstancias y prevé posibles mejoras para evitar futuros accidentes.
Hasta ahora, no hay planes de introducir un segundo robot administrativo como reemplazo del primero.