Sin dudas, el uso de los collares está más extendido. Sin embargo, pueden perjudicar gravemente a los canes sin que siquiera nos percatemos de ello. ¿Por qué el collar puede ser tan dañino para los perros?
Cada vez más veterinarios desaconsejan su uso debido a que pueden contribuir con la generación de contracturas hasta complicaciones en la respiración, tos crónica, problemas tiroideos, pinzamientos en la médula, y afecciones neurológicas.
Existen canes de todas las edades y con todo tipo de caracteres: tranquilos o nerviosos, sedentarios o inquietos y movedizos. Pero aún el compañero peludo más tranquilo puede querer correr en alguna ocasión, saltar o cambiar de dirección de repente y sin aviso. De hecho, es saludable que así sea.
Si el compañero humano tira de la correa de modo inadecuado o el perro hace mucha fuerza para lograr determinados movimientos, y un collar enganchado de una correa posa sobre su cuello, pueden dañarse algunas estructuras corporales y generarse grandes perjuicios. Desde las contracturas y afecciones mencionadas hasta hernias discales en el cuello y, por supuesto, mucho dolor que se podría evitar reemplazando el collar por un arnés adecuado.
La mayoría de las personas desconoce los daños que el collar puede llegar a provocar en los perros en algunas ocasiones. Algunas llegan a la veterinaria con gran preocupación debido a que notan que sus perros no quieren salir a pasear y no entienden por qué. En muchas ocasiones, recurren a psicólogos caninos en busca de conocer el origen de alteraciones de comportamiento.
Este rechazo al paseo puede darse justamente porque lo comienzan a asociar con el malestar que no es generado en realidad por el momento de esparcimiento sino por el collar. Esta negativa, a su vez, puede desencadenar en otras problemáticas dadas por la falta de contacto con otras personas y canes.
Según la destacada Web Experto Animal, “los perros reactivos que se lanzan a atacar a otros perros acaban teniendo una mala asociación del paseo o el collar” debido a que “los tirones de correa o la correa corta con una posterior experiencia negativa acabarán condicionando el comportamiento de nuestro perro con una mayor agresividad, con nerviosismo o hasta con miedo”. Aseguran: “Por lo tanto, no es extraño que sean reacios a querer salir o ponerse la correa con su collar, porque le causa molestia o dolor”.
Sin embargo, hay algunos perros para los cuales podría ser mejor el collar, como los que ya están muy acostumbrados a ellos y no sufren ningún tipo de problemas por su uso, y lo que tienen pelo muy largo ya que el arnés podría tironear su pelo y generar molestias. En estos casos, y en los cuales por algún motivo los compañeros humanos decidan optar de todos modos por un collar y no por un arnés, es importante consultar siempre con un especialista en veterinaria cuál es la mejor opción para su can en particular. Cada día más profesionales intentan generar conciencia sobre esta problemática durante los chequeos.
En relación a los arnés, existen determinadas pautas que son importantes seguir para poder elegir adecuadamente, es importante consultarlo con la veterinaria y no comprar apresuradamente. Si no se realiza una elección adecuada, el perro puede sufrir gran incomodidad y afectar tanto a él como a su compañero humano.
¿Cómo elegir un buen pretal?
Entre las pautas más comunes, predomina la de prestar atención al talle. Si se trata de perros de morfología muy estrecha o alargada, por ejemplo, es vital elegir arneses anti escape porque pueden llegar a quitárselo con facilidad.
Los especialistas de Experto Animal recomienda:
– Material: elegir uno transpirable y suave, para que no provoque heridas en axilas y pecho.
- La argolla de unión debe ser trasera para que la fuerza se reparta por todo el cuerpo. Hay que colocarla correctamente: “nunca detrás inmediatamente de los codos para que no roce en las axilas, y no debe comprometer el libre movimiento de nuestro canino. Debe ir sobre el pecho o esternón y nunca sobre el cuello”.
Además, según el consultor animal español Mr. Hueso, es importante reparar en la temperatura del lugar en que vivimos: “Los perros intercambian el calor corporal principalmente con el jadeo y en menor medida por la sudoración, que se produce en las almohadillas y en algunas zonas donde no tienen pelo, como el vientre. Su pelaje también actúa como refrigerador, cuando el aire pasa por él, algo muy importante y por lo que no debemos descuidar su cuidado y tener muy en cuenta no rapar su pelo o les causaremos problemas graves de temperatura. Pero a diario vemos a perros pasear con arneses que aumentan su temperatura corporal y que les impiden refrigerarse correctamente, nos referimos a todos aquellos arneses que tengan más tela de la necesaria, que cubren un alto porcentaje del perro, sobre todo la zona donde se sitúa el corazón y los pulmones del animal”.
Otro de los ítems importantes que destaca el especialista Mr. Hueso es la hebilla para enganchar la correa: es primordial que esté encima del perro, “ni delante ni en un lateral”, para que no pierda su punto de equilibrio al caminar y para que no se le torne dificultoso el andar por rozamientos con la cara o las patas.
Además, destaca puntos a tener en cuenta para elegir un pretal. La primera característica que debería llevar al rechazo del diseño de un arnés es si para ponérselo es necesario levantar al animal o sus patas; la segunda característica para rechazarlo es que tenga partes móviles que puedan lastimarlo al caminar; la tercera es que sea restrictivo con el movimiento natural del perro; la cuarta, que esté diseñado como arnés antitiro ya que puede afectar su caminar; la quinta es que la hebilla no cumpla con el enganche desde arriba; y la última es que el arnés debe dar bienestar al animal, si eso no ocurre, mejor no elegirlo”.